jueves, 27 de noviembre de 2008

En cautiverio


Muy pocos acuarios cuentan con tanques lo bastante grandes y con las capacidades de filtrado necesarias como para albergar Mantas Raya. No obstante, ha habido muchos intentos de mantenerlas en cautiverio pero su rechazo a ser alimentadas provoca que mueran en la mayoría de las ocasiones.
Los ejemplares de manta que se adaptan al cautiverio suelen crecer más de prisa que en estado salvaje por lo que la mayoría de los acuarios resultan bastante pequeños para su mantenimiento en buenas condiciones, esto sucedió en el acuario de Lisboa en Portugal, donde una de sus dos mantas tras varios años viviendo en el tanque principal alcanzo los 4 metros de envergadura y pese a estar bien adaptada a su hábitat artificial y habiéndose acostumbrado a ser alimentada manualmente resultaba demasiado grande y ante espectativas de un mayor crecimiento se decidió ponerla en libertad en el 2007 siendo la liberación muy dificultosa (el animal pesaba cerca de los 600 kilogramos) pero culminándose en éxito.

Al igual que los tiburones o delfines, realizan saltos fuera del agua. Se han observado tres tipos de saltos: salto hacia delante cayendo de cabeza, salto hacia delante cayendo con la cola y voltereta. Las razones por las que hacen esto podrían ser: como método de huida ante sus predadores, para quitarse ellas mismas los parasitos, para comunicarse con otras rayas (el ruido provocado al chocar contra la superficie del agua se puede oír y ver desde varios kilómetros de distancia). Los machos podrían hacerlo también como parte del cortejo, para demostrar su fortaleza o quizás se trate simplemente de una forma de juego.


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